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PORQUE TODO GÉNERO MUSICAL NECESITA SUS PIONEROS

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Sentados en un bar al mediodía, con café de por medio, Grant da la impresión de un hombre relajado y sereno, hasta introvertido por momentos. Pero las historias que cuenta el oriundo de Texas demuestran lo contrario: un espíritu viajero, curioso, ambicioso y con ansias de innovar la música que escuchamos.

 

MOCK:¿Qué te trajo a la Argentina por primera vez?

Grant Dull: Estuve estudiando en California. Mi último semestre de universidad tuve un profesor de budismo, que era una de las únicas clases donde había sacado una buena nota. Me hice amigo de él y me recomendó leer a Borges. Entonces, mi primer contacto con la Argentina fue a través de Borges. Y tres, cuatro meses después, terminé un gran viaje de Estados Unidos, donde hice un círculo total, solo, y estuve pensando en irme a vivir afuera. Estuve entre Asia y América Latina. Asia, porque estaba muy interesado en el budismo. Y América Latina, porque me había llamado la atención hablar español; estaba más o menos en la literatura también en esa época, con Borges y otros. Y en ese momento en San Francisco escuché una canción en la radio que me mató, y ¿quién era? Era Piazzola. Entonces entre Borges y Piazzola, y mis ganas de irme y vivir afuera, vine para Buenos Aires.

M: ¿Eso cuándo fue?

GD: 1999 fue la primera vez. Volví tres veces más. Me fui a vivir a otros países, fui a España, hice un verano trabajando en África, fui a Nueva York, fui a Asia. En todos esos lugares trabajé, pero siempre volví a la Argentina. Fui a Brasil, viví un año ahí, y volví para Argentina. Y la cuarta vez que volví fue en el 2004, ya medio cansado de enseñar inglés,  que era en ese momento mi trabajo. Entonces decidí pararme acá, re-enganchar con mi pasión de Buenos Aires, mi conocimiento de la escena, y ahí empecé una página que se llamaba WhatsUpBuenosAires. Y WhatsUpBuenosAires básicamente fue mi puerta hacia lo que estoy haciendo hoy, que es cultura, información, arte, música.

M: ¿Y porqué decidiste cambiar de rubro?

GD: Porque no era mi pasión. Mi pasión era básicamente viajar, y el inglés me habilitaba esa posibilidad, porque a cada lugar que fui lo enganché con trabajo, pero no quería estar enseñando inglés porque no me apasionaba. Cuando volví acá, en el 2004, junté esas dos pasiones de viajar y la cultura. 

M: ¿Cómo fue el paso entre WhatsUpBuenosAires y Zizek?

GD: WhatsUpBuenosAires fue una página de cultura. Entonces, al primer año empezamos a participar en la cultura a través de eventos, curando, promocionando. Mi socio en ese momento era un DJ y yo un VJ, entonces salimos a la batalla a tomar cualquier trabajo que nos salga, también trabajando para la promoción de WhatUpBuenosAires. Después de un año y medio había participado en cientos de eventos, desde la producción de un cocktail en el BAFICI, hasta un buscador de fondos para una organización de expatriados, hasta las fiestas de Cocoliche. Estaba en todo. Ahí empecé a producir eventos, desde la promoción, hasta el branding, hasta los artistas, y me iba bien. Y ahí llego DJ Nim, que era un chico con quien estuve trabajando en esa época para promocionar sus artistas, a proponerme una fiesta semanal en San Telmo. Había encontrado un lugar habilitado, nuevo (esto era en época post-Cromañón, así que no había muchas cosas pasando en la ciudad y el underground estaba medio hecho pedazos), raro… Pero bueno, me propuso hacer una fiesta semanal los miércoles. Ahí lo convocamos al tercero, Villa Diamante. Nos craneamos un concepto y un nombre en una semana, y ahí nació Zizek Urban Beats Club. Con esto, la idea era mezclar todos los ritmos que nos gustaban, y poner un fuerte énfasis en productores locales. Entonces en una noche pasaban un poco de todo: dance hall, hip hop, electrónica, dubstep, cumbia. Y ahí, en el primer mes, destacamos cumbia como uno de los ritmos que más queríamos trabajar, porque en ese momento en Buenos Aires había mucha cumbia experimental y electrónica muy interesante. De ahí nació Zizek.

M: ¿Vos para entonces ya trabajabas como DJ?

GD: No, en ese momento estaba como VJ, pero no quería trabajar como VJ. Entonces me puse el lugar solamente del promotor. Pero a los 9 meses, ya había empezado a DJear un poco en mi casa, y les dije a mis socios que me iba a poner como DJ también. Ahí empecé a hacer el warm-up en Zizek, o el último lugar en Zizek.

Grant Dull (Zizek)-Editorial-Castro_Chalfoun_Calió-revista-mock_02

M: ¿Hubo una persona o una situación que te sirvió de inspiración para pasar de las fiestas Zizek a ZZK Records?

GD: No, fue una transición orgánica y natural. En ese momento obviamente estaba muy enganchado con todas las escenas musicales del mundo y vi que había sellos, movimientos y escenas promocionando cosas raras de cualquier parte del mundo. Entonces nosotros, primero con la fiesta y después con el sello, formamos parte de esta escena que podría llamarse “global base” o “tropical bass”. Había movimientos en África, en Estados Unidos, en Brasil, en Chile, que eran escenas emergentes con música nueva y rara, pero siempre con el mismo enfoque, los sonidos locales, que es justamente el enfoque y un poco del éxito de ZZK. Nosotros trabajamos con las raíces argentinas y americanas, que obviamente los productores tienen eso en su sangre. Entonces salen cosas interesantes.

M: ¿Eso es entonces el concepto unificador del sello?

GD: Si, raíces latinoamericanas fusionadas con música electrónica o música global.

M: Ustedes formaron la discográfica en el 2008. ¿Cuál fue el mayor impedimento en crearla?

GD: Más que nada el miedo, pero eso obviamente no nos impidió mucho.

M: ¿Miedo a qué?

GD: Claro, nació ZZK en un año donde las discográficas se estaban muriendo. Entonces tuvimos que pensar de manera muy creativa cómo hacerlo funcionar. Y trabajamos como locos los primeros años, y los que siguieron también, no solamente en la promoción de la música y en el concepto de la fiesta, sino en el management de los artistas. También haciendo deals con gente muy puntual internacional, girando, tocando. En un momento tuvimos una fiesta semanal en Buenos Aires, pero a la vez quince fechas en Estados Unidos… Era una locura de trabajo.

M: ¿Y cómo hicieron para que el management no sufra bajo ese ritmo?

GD: Bueno, primero siempre tuvimos mucho apoyo de otra gente. O sea, entre los tres “zizeks” trabajábamos un montón nosotros, pero también tuvimos en ciertos momentos muchos pasantes -ahora tenemos cuatro-, tuvimos algunos empleados, y más que nada haciendo malabares, es decir “fake it til you make it”. Siempre mostrando un lado muy profesional, tratando de cumplir con todo. Además cada uno ya tenía 30 y pico, y no era una joda, era un trabajo.

M: ¿En ese momento pensaron que iba a poder crecer tanto ZZK como creció hoy?

GD: No. Igual, si leés las primeras palabras que hemos escrito sobre ZZK siempre era grandioso y ultra-ambicioso, y también muy ‘romanticón’. Fue un 360º para mí, porque yo soy un viajero, amante de la cultura, aventurero, “kamikaze”, y seis años después, éso es ZZK: una aventura internacional, medio “kamikaze”. Siempre quise hacer algo así, pero nunca pensé que iba a crecer tanto. El primer mes fue como, ‘bueno, vamos a tocar en Estados Unidos’, en South by Southwest, donde nos enganchó un booker en ese momento, que era un pez gordo de la industria. Y desde marzo del 2008 no pararon las ofertas. Tocamos en Coachella el segundo año del sello, y fue justamente con este booker que enganchó con nosotros desde el principio. Y una vez que empezaron a caer los festivales más innovadores o vanguardistas, ahí empezaron a caer todos los demás. Este verano estaba viendo que van a estar cinco estrellas del sello en Europa, y es el verano más agitado en la historia del sello, porque La Yegros está explotando. Va a haber cincuenta fechas en tres meses, lo cual es una locura. Así que bueno, me parece que sufrimos un montón en el proceso de llegar adonde estamos, pero ya están creciendo mucho las semillas que hemos plantado.

M: ¿Por qué decís que sufrieron un montón?

GD: Y, porque el negocio es una mierda. O sea, la música es un sueño, empecemos por ahí. De todos los que hacen música, no sé qué porcentaje puede sobrevivir de eso, pero es muy poco. Y los primeros años operábamos a pérdida. Los siguientes años estábamos operando justo o igualando, y seguimos medio en eso ahora. Hay ciertos artistas que sí están ganando, pero hay que construir mucho para ver un mango en esto.

M: ¿Cuál es el factor diferencial de ZZK como discográfica?

GD: La diferencia entre ZZK Records y los demás es que el sello y todo nació de la música, para la música y entre muchos amigos. Éramos todos amigos divirtiéndonos; o sea, en ningún momento encaramos esto como un negocio, que todos vamos a ser ricos, etc. Era más como, ‘bueno, llegaron unas ofertas copadas, trabajamos, invertimos, sacrificamos’. Pero el corazón de ZZK nace de buena onda y amistades, que es algo muy raro en esta industria, porque está llena de mala onda y tiburones.

M: ¿Creés que esa estructura de familia o amigos es favorable para el negocio del sello?

GD: En términos del negocio, no, porque obviamente el dinero y la amistad no se complementan mucho. Entonces, el dinero y el sufrimiento de querer un negocio entre amigos siempre va a dañar la amistad. Pero mientras dure y todos sigan aprendiendo, quizá a largo plazo está copado.

M: Las tapas de los discos lanzados por ZZK se distinguen por su arte de tapa particular. ¿Esas obras son parte del concepto de ZZK?

G: Sí. O sea, la discográfica es una muy buena representación de Buenos Aires y la Argentina contemporánea. No solamente en la música, sino también en la estética y en la comunicación, y yo creo que este país tiene mucho talento a nivel del arte y la cultura. Y obviamente, cuando nosotros salimos para la batalla con música nueva y diferente, también queremos tener acompañando un buen arte. Entonces, naturalmente, desde la fiesta hasta los discos siempre tuvimos una escudería bien fuerte de artistas que se copan en flashear con nosotros.

Grant Dull (Zizek)-Editorial-Castro_Chalfoun_Calió-revista-mock_06

M: ¿Cuáles son algunos de los artistas que participaron en las creaciones de ZZK?

GD: Históricamente esta Sol del Río, que hizo un montón; está Paula Duró, que nos prestó su arte en algunos discos. Está Job Salorio, que es el diseñador gráfico principal del sello. Mariano Nerd, que es el que hizo el arte del Remolón. Y después varios más, pero en sí, son siempre ‘la créme de la créme’.

M: De todos los sectores que tenés que manejar en ZZK, ¿cuál te parece el más difícil de llevar a cabo como jefe?

GD: Y, el sostenerlo. O sea, cada año que llegamos es decir ‘¿hacemos otro año?’. Porque es muy difícil sostenerlo. Yo tuve que sostenerlo por seis años haciendo todo para todos, y encima saliendo a tocar. Yo toqué en setenta ciudades del mundo mientras manejé este sello, porque necesitaba ganarme la vida de alguna forma. ZZK no vende mucho en música; bueno, nadie vende mucho en música hoy en día, y menos un nicho de un nicho, que es lo que somos nosotros. Entonces, era como manejar toda esa locura del sello, más salir a tocar, más dormir donde podía. Y también tomar buenas decisiones con quién relacionarse, con quién hacer negocios y todo eso.

M: ¡Pero está creciendo la discográfica!

GD: Si, está creciendo un montón. ¡Es un éxito total el sello! Pero si vas a los números, ves que es súper difícil. O sea, no tengo empleados, no pago oficina… Para empezar, no tengo costos. Si ves los números, lo que vendemos es muy poco. Somos varias personas y hasta yo mismo digo ‘esto no es un negocio, hay que hacer otra cosa’. Y en esa otra cosa estoy en este momento. Quiero seguir manejando el sello y sacando buena música, porque la música que nos está llegando ahora es increíble. Pero también nació hace 6 meses ZZK Films, que es justamente una faceta de mi rubro, donde veo que puedo trabajar. Estamos armando una especie de documental o series de documentales sobre la nueva música latinoamericana, así que voy a salir a pelearla con eso también.

M: ¿Este nuevo proyecto se hace también entre amigos?

GD: Sí, en este momento sí. Obviamente están involucrados para que la cosa crezca y para que todos tengamos trabajo, pero nace de colaboración, buena onda y amistad. Fuimos el año pasado a hacer una gira con La Yegros, que justamente un amigo mío consiguió unos fondos de una productora de acá para producirles el documental, así que lo hicimos. Se copó en venir otro pibe, que filmaba muy bien, entonces lo invité a venir por su cuenta, y ahí formamos como un pequeño equipito nuevo que ahora está trabajando en el documental.

M: ¿La idea del documental es reflejar el trabajo en la discográfica?

GD: Es la misma visión. Si mirás el sello, dice “mostrar, explorar, difundir nueva música latinoamericana”, principalmente de Argentina, pero también de la región. Y el film apunta a lo mismo, pero de toda la región, centrado en las secciones más potentes y en el formato video, en vez de música.

M: Si tuvieses que elegir a un pionero de la cumbia electrónica, ¿a quién o quiénes elegirías?

GD: Bueno, hubo una generación antes que nosotros, porque no somos los primeros en hacer esto, somos una continuación de los pioneros como Dick El Demasiado, Marcelo Fabian, Nortec Collective, Toy Selectah y más, que desde México a Colombia estaban empezando a fusionar lo que es la música electrónica, los samples, o la producción digital con la cumbia.

M: ¿Ustedes vendrían a ser la versión 2.0, entonces?

GD: Sí, somos de la ‘cumbia digital’. Nosotros craneamos ese nombre en la vieja oficina de ZZK en 2007, somos el 1.0 de la cumbia digital. Hay un 2.0 ahora, pero de la cumbia electrónica, ahí ya somos la versión 2 o 3 incluso.

M: ¿Y en qué se diferencia cada versión?

GD: La diferencia es más que nada en el concepto de la producción. Quizá antes no había tanta computadora, tanto software. O sea, la gran mayoría de la cumbia digital nace de un chabón sentado con su mouse, haciendo versiones electrónicas digitales. Y en la cumbia electrónica no, había muchos sampleos, más drumpads, mucho más hardware que software. Eso cambia tanto el sonido como el concepto, pero al fin y al cabo es casi lo mismo, llámese cumbia electrónica o cumbia digital.

M: ¿Hubo para vos un momento donde dijiste “la cumbia digital va a explotar”?

GD: No, la verdad es que desde que nació en el 2006 siempre hubo mucho interés. Yo manejaba mucha información en ese momento y WhatsUpBuenosAires ya era como un factor potente en el mercado internacional de cultura. Entonces a mí me llegaban semanalmente los periodistas en Buenos Aires queriendo saber que estaba pasando. Y sigue llegando esto. Este fin de semana estoy saliendo con un editor de GQ de Nueva York para mostrarle algo. Pero la idea que nació de Zizek ya era muy ambiciosa, y muy talentosa también. No sé, el segundo mes salimos en el New York Times, en el siguiente año salimos en The Wire, y ahí no paró hasta hoy. Siempre supimos que había algo ahí, pero nunca pensamos -y no sé si todavía pienso- que va a explotar. O sea, hubo ciertas indicaciones, como que te llamen de ciertos medios, o aparecer en Coachella… Pero no sé si hubo un momento, fue como una acumulación de todo.

Grant Dull (Zizek)-Editorial-Castro_Chalfoun_Calió-revista-mock_16

M: ¿Cuál creés que es la diferencia entre la cumbia digital y el reggaetón o la cumbia, en cuanto a la recepción del público?

GD: Bueno, primero el oyente de nuestro sonido es principalmente alguien que tiene la mente abierta, porque llegás a poner esto en un boliche donde la gente no tiene los oídos abiertos y te tiran botellas. Por eso lo nuestro es un nicho, no es masivo, ni comercial. De a poco van llegando algunas cositas, como La Yegros, que está empezando a ser masivo en Europa más que acá; pero acá va a llegar también. La verdad es que no quiero ser mala onda, pero mucha fe en la música popular no tengo. Sin embargo, es cada vez más conocido.

M: Y de todos los discos que lanzaron hasta ahora, ¿cuál es el que superó tus expectativas?

GD: Y hubo uno -Río arriba, de Chancha vía Circuito (“Breaking Bad” tomó algunos temas de ahí en la última temporada)- que sabíamos que era una perlita, pero no sabíamos que iba a explotar tanto. El disco arranca con un remix de José Larralde que es mágico, y lo que hicimos bien con ese disco es que después de muchos años hicimos por fin todo como debe ser. Por ejemplo, cuando sacamos el disco estaba Chancha girando en Estados Unidos, y eso es muy importante: tener un artista girando cuando saca su disco. Contratamos un buen publicista que pudo lograr meterlo en muchos lados. Hicimos un vinilo, hicimos un CD, todo al mismo tiempo de la gira. Fue la diferencia entre hacerlo realmente bien por fin, después de 2 o 3 años de hacerlo bien, pero no perfecto, y tener un disco increíble. Así que “Río arriba” fue un antes y un después para el sello.

M: ¿Y en el ‘después’ pretenden alcanzar el mismo éxito?

GD: Y, ya hubo un disco que superó eso, que es La YegrosViene de mí”, hasta el “Future sounds of Buenos Aires que hicimos el año pasado, que es un compilado que también vendió mas o tuvo la misma recepción. Pero en ese año también nos llegaron un par de ‘primeros’, como primera vez en New York Times, el primer deal que hicimos con un management en Los Ángeles. Fue un año de mucho crecimiento del sello.

M: ¿De todos los discos lanzados, tenes algún preferido?

G: No, lo que me gusta mucho son los ‘mixtapes’, que los sacamos a la par de cada disco. Los mixtapes me transportan un poco mejor, porque son piezas musicales donde la música no para por 30, 40 minutos o una hora. Entonces los escucho y viajo. Obviamente viajo con los discos también, pero los mixtapes son un viaje musical que me lleva desde la pista hasta cosas más emotivas o pensativas.

M: Más allá del disco “Rio arriba”, ¿cuál decís que fue el mayor logro del sello hasta ahora?

GD: En realidad, el primer logro sigue siendo el mayor: que establecimos un género musical. Hoy en día vas a Spotify, Soundcloud, hasta fiestas en Australia y está la cumbia digital, y eso lo craneamos nosotros. Y la cumbia digital ahora es un género en iTunes. Digo, el mayor logro es que empujamos y establecimos un género musical. A Bandcamp, por ejemplo, les escribí hace un mes y nos contestaron “si, somos re fans del sello y hagamos algo”. Y ahora el mes que viene sale una nota, pero con feature. Y en el weekly levantaron a The Peronists.

M: Para cerrar ¿en qué dirección crees que va a evolucionar la música del sello en los próximos años, tanto en el ritmo, como en los artistas?

GD: Bueno, lo que está pasando ahora es que hay un 2.0 de nuestro movimiento musical. Hay unos pibes de 20, 22, 25, que tuvieron su desarrollo musical escuchando la cumbia digital, entonces les están llegando cosas nuevas de toda la región que son increíbles. Su referente en vez de Squarepusher es Chancha vía Circuito, es el Remolón, y va seguir llegando música nueva de toda la región. Y después el sello va a seguir peleándola. Es cada vez más difícil, ahora con el streaming nadie compra música. Estaba analizando los números el otro día y cuando salió Chancha en “Breaking Bad” hubo un poquito más de ventas de ese tema de ese disco, pero hace cinco años hubiesen comprado treinta mil personas esa canción, y ahora son súper poquitos; o sea, no es negocio. Entonces ZZK como sello va a seguir peleándola como podamos, y estamos con nuevas ideas como el ZZK Films, estamos pensando en ideas para el merchandising, nos asociamos con una gente en Nueva York que tiene una especie de servicio de suscripción. Estamos viendo caminos nuevos y diferentes para hacerlo funcionar. Pero la palabra básica en esto es ‘sobrevivir’.      

Grant Dull (Zizek)-Editorial-Castro_Chalfoun_Calió-revista-mock_13

Al cerrar la charla con Grant, admito que me quedé pensando en la verdad que acarrean aquellas famosas palabras de Joe Cocker: “I’ll get by with a little help from my friends”. Queda claro que difundir un nuevo género musical a través de un sello discográfico está lejos de ser un trabajo simple, pero ZZK Records demuestra que con pasión y gran esfuerzo es posible. El éxito ahora depende de nosotros, el público, y de cuán listos estamos para abrir nuestras mentes y oídos hacia una forma nueva de mezclar sonidos.

 

 


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